Las deportistas, indefensas ante la irrupción de atletas trans

La permisividad con las atletas trans en aras de la “igualdad”, dejando en desigualdad biológica a las mujeres, se ha convertido en toda una tormenta que amenaza con desestabilizar al deporte, a solo un año del inicio de los Juegos Olímpicos de París.

En Julio pasado, la española Melani Bergés, se quedó fuera de la final de los 200 metros T12 (discapacidad visual) en los Mundiales de atletismo paralímpico. Fue superada por 8 centésimas y relegada hasta la quinta posición, marca que le impidió sellar el billete directo para la cita de la capital francesa, por la italiana de 49 años Valentina Petrillo, todo un símbolo del conjunto LGTBI+ y que hace solo tres años era un hombre. No tardó en desatarse la polémica en las redes sociales y el asunto escaló a un nivel inesperado. El debate sobre cómo equilibrar la participación de las deportistas trans está en la mesa.

A su regreso de París, donde fue superada por Petrillo, quien posteriormente se haría con el bronce en la final, Melani declaró: “No  culpo a Valentina, pero lo de las trans hay que  regularlo. En lo personal, obviamente, no me siento bien. Ella se clasificó y en la final, tras la eliminación de la atleta alemana, se llevó el bronce. Pienso que podría haber sido yo la que se colgase el metal”.

La  participación de atletas transgénero en competiciones femeninas, se ha convertido en un pozo sin fondo y de difícil solución. Por una parte, la mayoría de las federaciones no aprueban su participación pues consideran que merma la categoría femenina. El Comité Olímpico Internacional, ya decidió, este mismo año, que desde el  31 de marzo de 2023, las transgénero que habían pasado la pubertad como hombres no podrían competir como mujeres. Sin embargo, por la otra, su homólogo paralímpico ha decidido no pronunciarse hasta la fecha, pasando el balón al tejado de las federaciones, que no se llegan a poner de acuerdo del todo, y generando escenarios como el que se trata.

La situación, además, no solo ha afectado a Bergés en lo mental. “No es lo mismo solicitar una beca como cuarta o quinta clasificada, que hacerlo tras haberse subido a un podio. Por supuesto que se me dificulta en el plano de la preparación, porque yo compagino un trabajo con el deporte y para prepararme bien para los Juegos, necesito ingresos, y la beca, hasta enero no sé si me la dan. Como todo el mundo, para conseguir dinero tengo que trabajar y ahora me toca reflexionar sobre qué voy a priorizar en los próximos meses, si mi trabajo o mi pasión”, reconoce con cierta amargura la atleta, que necesita conseguir la clasificación personal para París 2024, pese a que, en los actuales Mundiales, ya certificó una plaza para España de cara a la cita olímpica.

Su compañera de profesión, Susana Rodríguez, oro paralímpico en Tokio 2020 en triatlón, tras conocer el resultado de la prueba de los 200 metros, se manifestó en las redes sociales: “Una cosa son la inclusión y el respeto y otra perder el rumbo”, aseguró, comentario que le valió una serie de críticas que la obligaron a cerrar temporalmente su cuenta de Twitter.

Sobre la participación de atletas transgénero en las competiciones femeninas, Bergés dijo “Como deportista, considero que la competición debe partir de unos principios de igualdad y así como en el deporte escolar se establecen categorías por edad y en el deporte con discapacidad se establecen categorías según el tipo y grado de discapacidad, el sexo es otro factor para clasificarnos en grupos equitativos. No soy experta en el tema, pero entiendo que en una persona que se desarrolla biológicamente como hombre (al igual que quien lo hace como mujer), este proceso tiene características que son irreversibles”, explica la atleta. “Se debe buscar la forma de que las transgénero puedan competir sin perjudicar a las mujeres que desde su nacimiento nos hemos desarrollado como tales y han entrenado y trabajado al límite sus propias cualidades”, añade.

El Comité Paralímpico Español -COPE- tampoco contaba con la explosión informativa, y se ha visto atrapado entre dos aguas: el respeto a la organizadora de los torneos profesionales, World Para Athletics, y la necesidad de mejorar un panorama cada vez más laberíntico y tenebroso. “En el CPE respetamos la normativa de World Para Athletics que actualmente permite competir a mujeres trans, como es el caso de Valentina Petrillo, pero de cara al futuro, creemos que sería conveniente caminar hacia una uniformidad de criterios con el mundo olímpico (World Athletics y Comité Olímpico Internacional) en lo que se refiere a este asunto, y siempre teniendo en cuenta criterios científicos demostrables”.

La historia de cómo la napolitana de 49 años, Valentina Petrillo, llegó a obtener un bronce paralímpico, está atrayendo todas las miradas. Nacido en 1973 como Fabrizio, casado y con dos hijos, fue asiduo de las competiciones de atletismo hasta que, con 14 años, perdió parte de la visión tras sufrir la enfermedad de Stargardt. Ello, sin embargo, no le desvinculó del deporte y tras ser parte del equipo nacional adaptado de fútbol sala, volvió en 2011 a las pistas, donde sumó 11 títulos nacionales. En 2019, con 46 años, pasó a ser Valentina.

_____________________________

Fuente: abc.es, tomado del artículo por Pablo Lodeiro, 27 julio 2023.

COMPARTIR EN REDES:

Publicaciones Recientes

Nuestro Contenido