En Estados Unidos, cada vez son más los jóvenes que están arrepentidos de haber accedido a mutilar sus genitales, y recibir bloqueadores de la pubertad. Condenados a consumir hormonas de por vida, ahora están arrepentidos. Se han dado cuenta que el problema no estaba en los genitales ni en el físico, sino en la mente y el corazón, y que han sido víctimas del engaño y la manipulación de un conglomerado que abarca a la industria farmacéutica, las instituciones y el sistema de gobierno, quienes no dudan en poner sus lucrativos intereses por sobre la salud de los niños.
En este video, Roxana González (México) nos cuenta varios testimonios.
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Fuente: youtube.com / @catolicaprovidaro